Español
Este trabajo analiza el comportamiento de los medios de comunicación en el país desde hace una década. Siempre se ha dicho que los medios representan el cuarto poder, pero en Siglo XXI son más que eso. Se han transformado en un ámbito complejo en donde se articulan las dinámicas sociales, los planes sobre la política económica, la cultura, las luchas por el poder político con las aplicaciones tecnológicas más actualizadas. Los medios forman parte constitutiva de la lógica de reproducción del modelo social capitalista, pertenecen, por su origen e intereses al bloque de poder, al cual le dan sustento ideológico. Al igual que en el resto del continente los grandes medios privados venezolanos, han sido formados en el pensamiento conservador de la derecha latinoamericana y se convierten en difusores y principales propulsores de estas teorías, de todo un orden legitimado por el Consenso de Washington en los años 90. En pocas décadas por imposición del pensamiento neoliberal, los conceptos de democracia, de Estado, de pueblo, de nación, se trastocaron en categorías atrasadas. La práctica periodística se transformó en un espacio estratégico para la producción y reinvención de referentes culturales, impregnados de valores propios del individualismo y el consumismo y se legitima de hecho la lógica inherente al libre mercado. Desde esta perspectiva, se entiende que sean los dueños de medios los más feroces preservadores del modelo neoliberal en la región. Siguiendo estas coordenadas, la mayoría de sus trabajadores intelectuales (periodistas) atienden sin disimulo los intereses económicos de sus propietarios, en detrimento de la ética y la libertad de expresión enarbolada y traicionada por ellos mismos cotidianamente en la práctica periodística. Se concluye que en Venezuela existe una guerra de desinformación y manipulación por parte de los medios privados sobre el proceso de cambios que pretende transformar el modelo neoliberal hacia un modelo revolucionario socialista
Inglés
This paper analyzés a decade of media behavior in the country. It has always been said that media represent the fourth estate, but in the twenty-first century they are more than that. They have evolved into a complex area where social dynamics, plans on economic policy, culture and struggles for political power are articulated with the latest technological applications. The media are a constituent part of the logic for reproducing the capitalist social model; they belong, due to their origin and interests, to the power bloc to which they give ideological sustenance. As in the rest of the continent, the Venezuelan private media have been trained in the conservative thinking of the Latin American right, becoming broadcasters and major proponents of these theories, all of an order legitimized by the Washington Consensus in the 1990s. In a few decades, through the imposition of neoliberal thinking, concepts of democracy, the state, people, nation, were disarranged into backward categories. Journalistic practice was transformed into a strategic space for the production and reinvention of cultural references, imbued with values of individualism and consumerism, in effect legitimizing the logic inherent in the free market. From this perspective, it is understood that the media owners are the most ferocious preservers of the neoliberal model in the region. Following these coordinates, the majority of their intellectual workers (journalists) serve the economic interests of their owners without dissimulation at the expense of ethics and freedom of expression, standards waved and betrayed by them every day in joumalistic practice. We conclude that in Venezuela there is a war of disinformation and ma nipulation by the private media about the process of change that aims to transform the neoliberal model into a socialist revolutionary model